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sábado, 7 de febrero de 2015

Sobre la historia que recoge el libro


La obra El pirata enmascarado del autor Juan Carlos Riofrío Martínez-Villalba es una novela histórica costumbrista de la América del siglo XVII. Narra la mayor catástrofe sufrida por la noble ciudad de Santiago de Guayaquil en el año 1687, cuando un grupo de piratas holandeses, franceses e ingleses asaltaron este puerto de la costa pacífica. Luego escaparon al norte perseguidos por la escuadra antipirata que se formó en el Callao. La ciudad quedó desierta durante algunos años.
Tras la invasión la ciudad de Santiago de Guayaquil quedó en completa ruina. Setenta y cuatro conciudadanos murieron en la acometida pirata. A muchos ni los enterraron y, echados sus cuerpos a la ría, por varios días quedaron flotando al son del flujo y del reflujo desatando infecciones y epidemias.

Muchas familias pasaron repentinamente de la opulencia a la más humillante miseria. La población huyó despavorida a los campos y Guayaquil quedó desolado por varios años. En 1688 se ordenó su demolición.

El libro se puede conseguir en diferentes distribuidores, como en: Smashwords y Kindle.
Más información consta en Wikipedia.

Contenido del libro

La novela contiene está dividida en cinco grandes partes:
·         Anexo histórico de apertura, que muestra el ambiente geopolítico de la época.
·         Acto I: Muestra las Islas Galápagos donde se reúnen los piratas de diferentes nacionalidades para planear el ataque al puerto. También se exhibe la ciudad de Guayaquil, sus personajes y costumbres, junto con los intereses que mueven a ambos bandos. En ese ambiente se delinea la trama sentimental entre Ignacio y María Josefa. Cierra con la invasión pirata.
·         Acto II: Asedio de los piratas. Lucha de Ignacio y los guayaquileños, junto con los indígenas del lugar, por rescatar a María Josefa y los demás prisioneros. Termina con la partida de los piratas a la Isla Puna.
·         Acto III: Los piratas capturan a Ignacio que intenta rescatar a su amada. Aparece la escuadra antipirata que persigue a los maleantes. Los guayaquileños logran escapar del barco pirata.
·         Anexo histórico de cierre, que muestra los efectos de la invasión.


Características literarias del libro

La obra ha sido considerada como una de las mejores novelas de piratas.
La primera edición fue publicada por la editorial El Conejo en el año 2007. A más de la novela histórica, tiene dos anexos históricos y varias páginas gráficas con mapas, naves, banderas, retratos y fortines de la época y del lugar.
Literariamente la obra posee un valor singular, por las siguientes razones:
·         Está escrita en primera persona, en el español de la América de finales del siglo XVII, que, como se sabe, no llega a ser tan antiguo como el de Cervantes o el del Mio Cid. El texto conserva las construcciones, giros y expresiones propias de la colonia, que se aclaran en nota al pie cuando su comprensión presenta alguna dificultad para el lector medio. Gracias a ello su lectura resulta fácil, fluida, amena y grata, y despierta en seguida un profundo interés por las raíces de nuestra lengua y por aquellos lejanos días a veces tan olvidados.
·         Para entonces ya comenzaba a diferenciarse el trato que se daba a las personas en la península Ibérica, del que se daba en América. Se usaban varias formas: vuestra merced, voacé, ucé, vos, vusted y el usted, que más tarde se terminará imponiendo en buena parte del nuevo continente. Todo esto queda reflejado en el modo de hablar de los personajes de la novela.
·         La novela tiene dos líneas argumentales paralelas, cada una escrita por dos personas distintas (un pirata guayaquileño y un armador de barcos), con dos estilos literarios diferentes. Hasta la puntuación es distinta. El tercer acto termina como el de la célebre obra shakesperiana, El Mercader de Venecia, en donde una de las dos historias que configuran el drama, termina anegando a la otra.
·         Como suele hacerse con las obras clásicas, la ortografía con la que se ha editado la novela es la ortografía actual. Únicamente los títulos (incluidas las fechas del diario) mantienen la ortografía de la época. Consiguientemente, no se crea que faltan tildes o que por descuido se han cometido gravísimos errores, como escribir «maio» en vez de «mayo», o «caƒarƒe» en vez de «casarse».
Reseñas más amplias de la obra son las realizadas por Andrea Castellanos Rodríguez y por Milena A. Ramírez Barreto en Literatura Colonial Americana. En francés Anonio Borrell también ha hecho su reseña.

Banderas del asalto de 1687 y de época





Banderas españolas de Tercio y Compañía usadas en la segunda mitad del Siglo XVII.


Bandera de los galeones españoles.

Bandera inglesa de las indias.

Bandera de almirante inglés.

Bandera del capitán Edwards.

Barcos de finales del siglo XVII



     Urca como la utilizada por el capitán Edward Davis hasta 1687.

Fragata convencional

Galeón de época

Un bergantín como éste se acababa de lanzar al agua en el astillero de Guayaquil, días antes del asalto. Fue secuestrado por los piratas, quienes se lo llevaron como buena presa a la isla Puná.


Típica balsa guayaquileña, graficada por Humbolt, que se usó hasta principios del s. XX.





Piratas y gente relacionada con la invasión a Guayaquil



El almirante Robert Thomas Cavendish, alias “Candi”, incursionó en la Culata en 1586, al igual que el pirata poeta, William Dampier lo hizo en 1684. Ambos ataques fueron eficazmente repelidos por las fuerzas guayaquileñas.


 Virrey del Perú, Don Melchor de Navarra y Rocafull, Duque de la Palata (1681 - 1689). En vista de la creciente amenaza pirata, por Cédula de 7 de diciembre de 1682, se mandó que no se permitiera a ninguna embarcación salir a navegar sin estar artillada en buena regla. Lastimosamente la medida no se pudo cumplir. El Duque de la Palata intentó diversas veces armar una escuadra antipirata, diferente a la Virreinal que custodiaba el Galeón de Manila, pero nunca pudo cubrir su costo con el erario público.


Mapa de Guayaquil de 1770 dibujado por don Martín de Requena

Mapa de Guayaquil de 1770 dibujado por don Martín de Requena